La iniciativa se realizó con el objetivo de manifestar el apoyo a la sanción del proyecto de ley argentino que pretende prohibir la salmonicultura en la provincia de Tierra del Fuego y para reclamar el fin de la industria salmonera en los canales, fiordos y ecosistemas frágiles de Chile.
El Canal de Beagle continúa prístino y los ambientalistas reclaman que así se mantenga. El reclamo es conjunto, sin embargo, las situaciones de ambos países frente a esta industria son diferentes. Del lado argentino, los ambientalistas buscan rechazar la instalación de las salmoneras y del chileno, evitar que se abran nuevas concesiones luego de haber logrado que se quitarán las jaulas que habían sido instaladas en Puerto Williams.
Del lado argentino se espera a sanción del proyecto de ley que pretende prohibir la salmonicultura en Tierra del Fuego y del chileno reclamar el fin de la industria salmonera en los canales, fiordos y ecosistemas frágiles de Chile.
“No podemos dañar este acuario natural que compartimos ambos extremos. Es por ello que, en este encuentro binacional, reforzamos nuestro compromiso con el mar y el medio ambiente y decimos, desde este canal milenario navegado durante miles de años por nuestro pueblo canoero yagan: no a la salmonicultura”, sostuvo David Alday, vocero de la comunidad Yagán de Puerto Williams a la Nación.
Por su parte, Mariano Torre, actor y activista ambiental fueguino, afirmó: “Es un producto premium al que pueden acceder muy pocos argentinos a costa de la salud y bienestar de toda una provincia. El turismo en Tierra del Fuego genera más de 16.500 puestos de trabajo. La salmonicultura generaría 120 compitiendo directamente con el turismo ya que ambas industrias necesitan del canal para desarrollarse”.
La campaña se llevó a cabo de manera autoconvocada por ciudadanos de Ushuaia y Río Grande, en la Argentina, y de Puerto Williams, en Chile, miembros de la comunidad náutica, representantes de diferentes clubes, la comunidad Yagán de Puerto Williams, el programa marino de Rewilding Argentina Sin Azul No Hay Verde y Greenpeace, entre otros.
De acuerdo con estos sectores, además de preservar la cultura e identidad del territorio y conservar los paisajes y naturaleza única de Tierra del Fuego, el rechazo a la industria del salmón tiene como objetivo preservar la industria del turismo y todos los empleos que esta genera.