Un reciente estudio realizado por el Norwegian Institute of Food, Fisheries and Aquaculture Research (Nofima) y publicado en Aquatic Toxicology investigó las consecuencias biológicas de la ozonización continua de 45 días en post-smolts de salmón Atlántico (Salmo salar) en un sistema de recirculación de agua salobre (RAS).
El estudio tuvo como objetivo determinar los impactos en la salud y el bienestar de los salmones post-smolts la aplicación continua de ozono en agua salobre RAS utilizando el umbral superior seguro identificado anteriormente en los sistemas de flujo continuo (FT) (logrando un valor de ORP promedio del tanque de 334 ± 22 mV durante toda la prueba; Stiller et al., 2020).
De acuerdo con los resultados del estudio, no hubo diferencias significativas en la supervivencia, los indicadores de bienestar operativo y el peso promedio al final del tratamiento entre los grupos de control (ORP de 282 ± 13 mV) y tratados con ozono.
Los análisis bioquímicos de plasma revelaron que el nivel de creatinina fue significativamente más alto en el grupo tratado con ozono que en el control al final del ensayo. “El aumento en el nivel de creatinina en el grupo de ozono, que fue mucho más allá del umbral basal, sugiere que el tratamiento interfirió con la función renal. Hasta donde sabemos, este es el primer artículo que informa sobre los efectos del ozono en la función renal de los peces. Desafortunadamente, no recolectamos muestras de riñón para histología”, revelaron los investigadores.
En tanto, los indicadores bioquímicos plasmáticos permanecieron sin cambios, lo que implica que la ozonización continua no desencadenó daño tisular interno (indicado por los niveles de LDH, lactato deshidrogenasa; ALP, fosfatasa alcalina) ni desequilibrio metabólico (indicado por el cortisol, lactato y glucosa).
En tanto, la evaluación histológica de la salud de la piel no mostró diferencias significativas entre los dos grupos estudiados.
Por otro lado, la histopatología cuantitativa reveló que el grupo de ozono exhibió un mejor estado de salud de las branquias que el grupo de control, particularmente al final del ensayo.
La transcriptómica mucosa reveló un perfil de respuesta distinto entre las branquias y la piel. En el día 45, no se identificaron genes expresados diferencialmente (DEG) en la piel, en contraste con 242 DEG inducidos por ozono en las branquias.
La evaluación de los perfiles transcriptómicos a lo largo del tiempo reveló que los efectos temporales tenían un mayor impacto en la piel en comparación con las branquias, independientemente del tratamiento.
El tratamiento no resultó en una desregulación metabolómica y el perfil general apoyó los datos transcriptómicos de que los efectos temporales tenían una mayor influencia en los cambios observados.
La exposición al estrés por manipulación y confinamiento reveló que el tratamiento con ozono no alteró la capacidad de los post-smolts para responder a un factor de estrés secundario.
En conclusión, el conjunto de indicadores de salud y bienestar indicó colectivamente que la ozonización continua resultó en perturbaciones fisiológicas mínimas en los post-smolts de salmón.
Finalmente, los investigadores señalaron que los peces provenían de un sistema de flujo continuo antes de ser transferidos a RAS. “Tenemos evidencia no publicada de que esta transición y el tiempo que los peces pasaron en RAS influyeron en algunos parámetros fisiológicos, incluidos los informados en este estudio, lo que fue indicativo de adaptación a un nuevo entorno”, finalizaron.
Aquí puede acceder al texto completo del estudio.