En los peces, al igual que en otros vertebrados, las comunidades microbianas en el intestino, la piel y otras superficies mucosas tienen una influencia fundamental en la salud del huésped, incluida la adquisición de nutrientes, el metabolismo, la competencia inmunológica y la resistencia a las enfermedades.
Dado que las comunidades microbianas asociadas con el intestino y la piel son vitales para la salud del huésped y la resistencia a las enfermedades, la alteración de la integridad del microbioma podría contribuir a las consecuencias adversas de la exposición al estrés.
Sin embargo, se sabe poco sobre cómo el estrés afecta al microbioma de los peces, especialmente durante las primeras etapas sensibles de la vida, cuando se produce la colonización inicial y la proliferación de las comunidades microbianas asociadas al huésped.
Investigadores de la Universidad de Swansea compararon los efectos de dos factores estresantes de la vida temprana relevantes para la acuicultura en el microbioma intestinal y cutáneo de los alevines de salmón Atlántico (Salmo salar) (cuatro meses después de la eclosión).
“Para probar esto, examinamos los efectos de dos factores de estrés contrastantes relevantes para la acuicultura en el microbioma intestinal y de la piel del salmón Atlántico: un factor de estrés agudo que consiste en un choque de frío y la exposición al aire durante la embriogénesis tardía; y un estrés crónico inducido por la falta de sustrato en el estanque / refugio para el desarrollo de alevines.
El estrés por frío agudo aplicado durante la embriogénesis tardía tuvo un efecto pronunciado y duradero en la estructura del microbioma de la piel, así como un efecto menos consistente en el microbioma intestinal. Los investigadores sugirieron que esto probablemente se deba a la alteración de las comunidades microbianas de la cáscara de huevo en las etapas iniciales de la colonización del microbioma, con efectos persistentes en la estructura de la comunidad.
Por el contrario, el estrés crónico, posterior a la eclosión, alteró la estructura del microbioma intestinal, pero no de la piel. Ambos tipos de estrés promovieron variantes de secuencia reales (ASV) similares de Gammaproteobacteria, particularmente dentro de los géneros Acinetobacter y Aeromonas, que incluyen varios patógenos oportunistas importantes de peces.
“Nuestros resultados demuestran la sensibilidad del microbioma del salmón a los factores ambientales estresantes durante la vida temprana, con posibles impactos asociados en la salud del huésped. También identificamos firmas comunes de estrés en el microbioma del salmón, que pueden representar biomarcadores de estrés microbiano útiles”, concluyeron los investigadores.
Aquí puede acceder al texto completo del estudio.