Los sistemas de recirculación de acuicultura (RAS) tienen bajas tasas de intercambio de agua, lo que resulta en una gran abundancia de microorganismos, tanto en el biofiltro como en el agua de cultivo.
Esto puede producir sabores desagradables y provocar la acumulación de estos en la carne de los peces. Los peces con sabores intensos a barro tienen un valor de venta bajo y no son bien recibidos en la mayoría de los mercados. Por lo tanto, es necesario eliminar el sabor fangoso antes de la cosecha.
El método más eficaz es purgar con agua dulce fresca. Sin embargo, esto requiere mucho tiempo y recursos. La eficiencia de la depuración está influenciada principalmente por el contenido de grasa en el pescado, y los pescados grasos necesitan más tiempo para purgarse en agua dulce que los pescados magros.
Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad Oceánica de Zhejiang (China) y de la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida (Noruega) investigaron cómo la acumulación, distribución y depuración de geosmina y 2-MIB se vieron afectadas por los niveles de proteínas y lípidos en la dieta de la lubina japonesa (Lateolabrax japonicus) criada en un RAS de agua dulce.
De acuerdo con los resultados del estudio, las actinobacterias y cianobacterias representaron menos del 1% del total de bacterias en el agua en un sistema de recirculación de acuicultura (RAS) durante una prueba de alimentación con seis dietas y de 15 semanas con lubinas de 0,11 g.
La concentración resultante de geosmina y 2-metilisoborneol (2-MIB) en el agua del RAS fue de 169 y 45 ng/L, suficiente para producir un fuerte mal sabor.Las lubinas fueron alimentadas con dietas con 42%, 45% y 49% de proteína, y cada nivel de proteína fue suplementado con 15% o 18% de lípidos.
La acumulación de sabores desagradables fue independiente de la dieta en el tejido graso ventral. La proteína dietética redujo significativamente los sabores desagradables en el tejido dorsal magro. Esto se racionalizó principalmente mediante la reducción lineal en 2-MIB en respuesta al aumento de la relación proteína y energía digestibles (DP/DE) y una fuerte respuesta polinomial de segundo grado en geosmina.
La relación entre geosmina y 2-MIB fue ligeramente más alta al comienzo de un período de 10 días con agua limpia y en ayuno, que lo observado durante la depuración.
El 2-MIB permaneció entre 0,2 y 1 µg/kg en el tejido dorsal durante toda la depuración. La geosmina en el tejido ventral osciló entre 10 y más de 30 µg/kg al final del período de alimentación y se redujo a un rango de 6 a 20 µg/kg por depuración.
Finalmente, los investigadores concluyeron que, tanto la geosmina como el 2-MIB, se acumularon a tasas más altas en los tejidos grasos ventrales que en los tejidos magros dorsales y que la acumulación ambos componentes de sabor fangoso se redujo al aumentar la proporción de proteína digestible sobre energía digestible (DP: DE).
“Diez días de purga manteniendo los peces en agua dulce y ayunándolos dieron como resultado tasas similares de eliminación de geosmina y 2-MIB”, revelaron los investigadores.
Aquí puede acceder al abstract del estudio.